El tema central de este Blog es LA FILOSOFÍA DE LA CABAÑA y/o EL REGRESO A LA NATURALEZA o sobre la construcción de un "paradiso perduto" y encontrar un lugar en él. La experiencia de la quietud silenciosa en la contemplación y la conexión entre el corazón y la tierra. La cabaña como objeto y método de pensamiento. Una cabaña para aprender a vivir de nuevo, y como ejemplo de que otras maneras de vivir son posibles sobre la tierra.

viernes, 1 de abril de 2011

El gran viaje de Tiziano Terzani hasta su cabaña de la Toscana: "el fin es el inicio"


Tiziano Terzani - Orsigna
Retiro en su cabaña de la Toscana (1990-2004) 

"...Terzani tuvo una de las vidas más fascinantes que uno pueda concebir: tras una juventud no demasiado infrecuente en la Italia de los 60 –estudios en la universidad, cierta militancia izquierdista, trabajo en la Olivetti-, Terzani decidió que quería ser periodista, y se recorrió las redacciones de media Europa ofreciendo sus servicios como corresponsal. Aunque hablaba un alemán macarrónico, el semanario alemán "Der Spiegel" le ofreció una colaboración regular desde Asia. Terzani estaba obsesionado con la China de Mao, pero por aquel entonces era un mundo completamente cerrado, como lo era en cierto modo Taiwán, así que el periodista novato se instaló en la “tercera China”: Singapur. Desde allí cubrió los conflictos de Vietnam y Camboya: estuvo en el primer grupo de periodistas en visitar a los guerrilleros vietcong en su propio territorio, casi fue fusilado por los Jemeres Rojos, asistió a la caída de Saigón.


Terzani de viaje por Asia

Tras unos años en Hong Kong, fue corresponsal en China durante casi una década. A sus hijos, como él mismo reconoce en uno de sus libros, les “impuso su amor por China”, matriculándoles en escuelas públicas chinas –“aprendimos a marchar, a saludar a la bandera y a arrojar bombas de mano”, bromea su hijo Folco, quien se jacta hoy día de poder hablar chino sin acento-. Terzani llegó a China con una visión bastante positiva del maoísmo, pero sus artículos se fueron haciendo progresivamente críticos. Por ello, pasados unos años, fue arrestado, enviado a un campo de reeducación, y expulsado del país para siempre. Lo cuenta en su libro “La puerta prohibida”.

Tras China, Terzani vivió en Japón y Tailandia. Y fue en Bangkok donde le ocurrió uno de los episodios más memorables de su vida: en 1992, recordó que veinte años antes, un adivino le había prevenido respecto a ese año: durante esos doce meses, le había dicho, no debía tomar ningún transporte aéreo, o de lo contrario el riesgo de muerte era muy alto. Cuando Terzani le contó esto a su jefe, que estaba de paso por Bangkok, éste, que debía ser bastante supersticioso, le autorizó a continuar con su trabajo normal aun sin tomar aviones. Imaginad: un año viajando por Asia en medios de transporte tradicionales, en tren, barco, burro y canoa. “A los 55 años, uno no tiene demasiadas oportunidades de introducir poesía en su vida, así que cuando sale una, hay que cogerla al vuelo”, dijo Terzani. De esa experiencia surgiría su libro más famoso, “Un adivino me dijo”.

De Bangkok saltó a India, y fue allí donde se le descubrió el cáncer. Visitó a los mejores especialistas en EE.UU. y a todo tipo de curanderos en Oriente, pero ninguno pudo sanarle. Entonces, solo, se dirigió al Himalaya. Tras un año y medio en aquellas cumbres, en contacto con un gurú, aceptó la muerte como un hecho natural, y regresó a Italia, a pasar sus últimos días con los suyos, en una casita que la familia tenía en la aldea de Orsigna. Un día le propuso a su hijo tener una conversación cada día, y grabarla, en la que Terzani explicaría a su vástago cómo había sido su vida, y lo que había aprendido en ella. El resultado se publicó con el título de “El fin es mi principio”.

En las primeras páginas de este libro, Terzani explica que, si le diesen una pastilla que le permitiese vivir diez años más, no la tomaría. “¿Para qué? Yo ya lo he vivido todo. Lo único que podría hacer es repetirme”. La única experiencia nueva que le quedaba, asegura, era la muerte. Y ésta había dejado de ser temible. Terzani murió en julio de 2004. La gran enseñanza que les dejaba a sus hijos, y a todo aquel que lea sus libros, es que uno ha de seguir su propio camino, no el que otros le marcan, aunque parezca difícil o arriesgado.
Publicado por DANIEL IRIARTE (20/5/2009)


Terzani con su hijo Foco

"Ve a hacerte una vida, invéntala, es posible, hazlo”

—Algo positivo habrá aprendido.
—Tras 30 años en Asia he aprendido a pararme y respirar, a meditar. Es necesario detenerse y reflexionar, tomar conciencia del mundo que tenemos y del que queremos.
—¿Qué propone?
—El ayuno de consumo, de exceso, porque el consumismo nos consumirá. Debemos controlar nuestros deseos. Y recuperar el silencio. La comunicación nace del silencio.
—¿De dónde ha sacado la fuerza?
—La curiosidad, querer entender... Pero también he tenido suerte, desde muy joven encontré a mi compañera de vida. Yo creo que cuando nacemos somos sólo una mitad y que nos pasamos la vida buscando el pedazo que nos falta. Cuando lo encuentras, el amor adquiere otro significado, si no, te pasas la vida buscando algo indefinido y hay una sensación de frustración que yo no he tenido
—¿Por qué se ha retirado del mundo?
—Me fui a vivir a una cabaña en el Himalaya cuando sentí que ya había dado lo mejor de mí. Permíteme un consejo: Si en la vida se te presenta una ocasión de no repetirte, tómala. Me he pasado la vida viajando hacia fuera y ahora viajo hacia dentro.



"El fin es mi principio"

"... "El fin es mi principio" (Maeva) narra el gran viaje de un hombre que, guiado por su curiosidad de periodista, descubrió que "el sentido de la vida es vivirla"...
Tiziano Terzani (Florencia, 1938-Orsigna, 2004) fue testigo de algunos de los principales acontecimientos internacionales del pasado siglo como corresponsal del semanario alemán "Der Spiegel" en Camboya, Vietnam, Hong Kong, Pekín, Tokio, Bangkok y Nueva Delhi, lugares en los que generalmente estuvo acompañado por su esposa, Ángela, su hijo y su hija, Saskia.

Allí contó guerras y anunció la llegada de revoluciones en las que creyó, y que después le desilusionaron, porque, como dice en el libro, "la revolución es como un niño, que cuando nace es una monada, pero es posible que diez años después se convierta en una criatura deforme y perversa, en un cabrón".

Terminó su largo recorrido por Asia en las montañas del Himalaya, donde vivió como un eremita hasta que regresó a Italia para "preparar" su muerte, cuando el cáncer que padecía fue avanzando.

Ya en su casa de Orsigna, una localidad montañosa de la Toscana, en marzo de 2004, remitió un telegrama a su hijo proponiendole la iniciativa que dio lugar al libro.

"El fin es mi principio" fue editado el pasado año en Italia, después de que Folco diera forma a más de un millar de páginas de transcripciones de los diálogos que mantuvieron durante varios meses, y que concluyeron el día antes de la muerte de Tiziano, en julio de 2004.

"Era un fantástico narrador de historias", afirma Folco Terzani al recordar a su padre, del que afirma que "morir fue lo más interesante de todas las cosas interesantes que hizo en su vida".

Para el lector resulta impactante la serenidad con la que Tiziano Terzani espera en el primer capítulo del libro el momento de la muerte -de "dejar el cuerpo" como le gustaba decir, siguiendo la expresión india-.

"He hecho mi vida, he viajado, he visto el mundo, y sus guerras; he amado, he tenido una familia. No me queda nada por hacer en este mundo que me interese. Lo único que me interesa es saber qué sucede después de la muerte".

Folco Terzani (Nueva York, 1969) recuerda así las reflexiones de su padre, quien confesaba albergar una curiosidad "periodística" ante la muerte, la misma que le acompañó durante su carrera profesional y que posteriormente le llevó a adentrarse en los grandes asuntos que han rodeado al hombre a lo largo de la historia.

Fue Tiziano Terzani un profesional que ejerció con pasión su trabajo, del que habla en el libro con frases tan rotundas como la que de define al periodista como alguien que "viaja por el mundo en busca de la verdad".

"El periodista debe ser alguien, a su manera, arrogante, alguien que se siente libre, no dependiente del poder", señala en otro momento del libro el incansable corresponsal, que defendía la emoción en el ejercicio profesional -contar las historias "con el corazón"-, frente a la objetividad.

"Si extraes de un episodio emociones, rabia, y explicas, entonces creo que puedes abrir los ojos a mucha gente y ayudarla a comprender", en otro de los diálogos mantenidos con su hijo.










 
http://barichareando.blogspot.com/2010/02/tiziano-terzani.html
http://www.depaginas.com.ar/fotosde_Tiziano_Terzani.htm
http://conoscenzaecultura.blogspot.com/2010/09/tiziano-terzani-molto.htmlhttp://www.lamajadescalza.com/las-fotos-de-tiziano-terzani/
http://cineuropa.org/newsdetail.aspx?lang=es&documentID=145450
http://caerseporlaborda.blogspot.com/2009/05/tiziano-terzani.html

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